Las enfermedades crónicas que implican tratamientos continuos y malestares frecuentes pueden influir en la motivación para interactuar socialmente. Condiciones como la artritis, el cáncer u otras enfermedades de larga duración pueden fomentar un estado de reclusión y soledad. Además, los trastornos mentales aún pueden estar relacionados con un mayor https://tarotistagratis84950.ampedpages.com/la-última-guía-a-cómo-mejorar-la-comunicación-59389799