Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://imogenpjlg664590.blogunok.com/38741102/lo-que-dijo-zidane-sobre-el-cabezazo-a-materazzi